En sus dos variantes, continuos y modulares, los bancos de hormigón de la Plaza Solares han sido uno de sus componentes más cuestionados.
Ardientes en verano, helados en invierno, son blanco cotidiano del vandalismo escolar y se convirtieron en noticia policial, cuando jóvenes activistas los intervinieron con esténciles durante el día de la memoria.
Más allá de la polémica sobre la legitimidad de estas manifestaciones, puede concluirse que los vecinos han reaccionado de manera negativa ante un equipamiento urbano incómodo y antiestético.
En una acotada selección de otras alternativas, algunas realizadas en el mismo material que los bancos altagracienses, se infiere una conceptualización previa que da por resultado un diseño de óptima calidad:
Es sabido que en la obra pública, el presupuesto suele condicionar algunos aspectos de un proyecto, aun así, la variable económica nunca debería justificar su pobreza estética.
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