miércoles, 3 de agosto de 2011

EVALUACION 4

CORDONES

Al revisar la bajísima calidad de las cunetas construidas en el perímetro de la Plaza Solares, también se mencionó la paradójica resolución de una obra que integra espacialmente lo que desde la función es muy dificil de integrar sin que medie un horario regulador: la circulación peatonal y la vehicular. Esta situación sumada a la necesidad de continuar unificando el lenguaje material del centro histórico, ha generado otros conflictos constructivos que no se contemplaron en determinados detalles tecnológicos, evidentemente nunca desarrollados como parte del proceso de diseño y por lo tanto improvisados in situ.

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Los metros de cordón que frente a la casa de la cultura, el Banco de la Provincia, el Tajamar y la calle Nieto permanecieron contradiciendo la premisa de continuidad del sector por persistir en el tránsito no restringido, ni controlado del Área de Primer Orden (el caos de los fines de semana es la prueba que se refuerza con la circulación de ómnibus turísticos sin que nadie se los prohiba), ni siquiera fueron reconstruídos, sino que se repararon de manera grosera y poco efectiva para luego pintarlos de amarillo bajo alguna excusa señalética, aunque con la verdadera intención de cubrir los defectos y fallas constructivas:
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Esta lamentable incorporación de la pintura en cordones y rampas, sirve para corroborar desde lo perceptual, el absoluto fracaso de las intenciones originales del proyecto, incluso la que pretendía borrar todas las barreras arquitectónicas. Si en un momento los centros históricos europeos se propusieron como un modelo de intervención a seguir sin importar las características del contexto local, bien se los podría haber imitado en sus fundamentos conceptuales y en la calidad técnica o al menos, mirando mejor sus fotografías o acaso alguien recuerda haber visto al Coliseo de Roma rodeado de cordones amarillos…

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