viernes, 23 de diciembre de 2011

MEMORIAS 20


Exactamente un año atrás, con premura, sin el menor cuidado por los detalles y dejando muchísimos problemas técnicos sin resolver, se inauguraba la remodelación de la Plaza Solares de Alta Gracia.
Aquella jornada, hasta la naturaleza pareció estar desaprobando la intervención, pues los fuegos artificiales previstos para la ceremonia oficial, debieron suspenderse por una tormenta que no pudo corregir los desatinos cometidos en su construcción.

Los meses siguientes se fueron consumiendo en interminables reparaciones que nunca alcanzaron para que la obra tuviera una presencia más digna, algo que es imposible de conseguir sino es a través de un buen diseño previo y una ejecución de calidad.
Para las autoridades el resultado puede ser intrascendente, lo realmente importante es desatar una cinta y descubrir la placa que perpetúe sus nombres en la historia:


Bajo el pretexto de incorporar a la plaza el relato histórico de la ciudad y quizás queriendo complacer la recomendación presentada en el informe por los Vecinos Autoconvocados (ver link),la gestión del Intendente Bonfigli, se despide dejando en la Plaza Solares un memorial de la Estancia Jesuítica que guarda una lejana semejanza con el siguiente grabado publicado en la “Historia y Evocación de Alta Gracia” de Miguel Alfredo Rizzuto:



















Pero el resultado artístico e informativo del croquis de sitio, que ahora acompaña a la espantosa fuente, dista mucho de este supuesto antecedente y equipara en calidad a todo lo ejecutado en la plaza:

Si bien se trata de una interpretación “artística” el objetivo de esta placa es el de contextualizar los componentes originales de la estancia para su identificación en el sistema jesuítico, por lo que la desintegración gráfica y escalar entre iglesia y morada, la inversión del tajamar (¿con rayos? Los plátanos no existían en aquellos tiempos), la mixtura de representaciones (diédrica y axonométrica) y la posición arbitraria de cada construcción respecto a los arroyos cuyos nombres aparecen incompletos (olvidaron poner Caocamillin y Estancia Vieja), ofrecen una lectura confusa para quien no sea oriundo de Alta Gracia.


¿Un volcán o una hornilla?


¿La ranchería en medio de la plaza?


¿Los jesuitas elaboraban alfajores de marihuana?


¿Puede alguien creer que esto tenga un impacto estético positivo?

1 comentario:

nfer dijo...

Un fuerte impacto...
:(