jueves, 4 de noviembre de 2010

MEMORIAS 15


En el discurso oficial, el paradigma patrimonial fundamenta un proyecto de ciudad destinada al turismo cultural, pero en los hechos, los valiosos bienes de Alta Gracia no están lo suficientemente jerarquizados por una gestión centrada en su inventariado, protección, rehabilitación, restauración, restitución, control y promoción.

Desde la declaratoria de la UNESCO:

- Se demolieron o intervinieron de manera inadecuada, edificios inventariados.
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-Se erigieron nuevas construcciones sin evaluar el impacto paisajístico del entorno.
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-El impulso inmobiliario no estuvo acompañado de una calidad de diseño que enriqueciera el acervo arquitectónico de la ciudad.
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-Las fichas de catalogado de los bienes no se actualizaron y probablemente sigan sin ser digitalizadas.

-La normativa existente centrada en el Área de Primer Orden, no fue complementada con la de otras áreas ni revisada.

-La ordenanza 4518 no fue respetada por el mismo Concejo Deliberante que aprobó un proyecto para la Plaza Solares que no se ajusta a lo dispuesto en su articulado sobre la procedencia de los materiales empleados.

-El Nodo de Gestión del Patrimonio, espacio indispensable para la mediación de intereses públicos y privados, la concertación de proyectos, concursos y otras acciones, dejó de reunirse.

-El Plan de Gestión de Sitio jamás se desarrolló de acuerdo a las recomendaciones de la UNESCO.
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-Nunca se organizó un equipo municipal interdisciplinario de profesionales y técnicos que desempeñaran funciones exclusivas en un ámbito que requiere una sensible especialización.

Vaya como ejemplo de la desproporcionada incoherencia conceptual entre el discurso político y el cuidado puesto en las actuaciones sobre el patrimonio, la inapropiada decisión tomada en el patio de la Casa de la Cultura que originariamente poseía dos aljibes, uno de los cuales, el central, fuera demolido en tiempos de la expropiación del edificio. El segundo se emplazaba en el rincón suroeste y de él ha quedado lo siguiente:
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Para proceder a la reconstrucción del perdido aljibe central con dudoso rigor arquitectónico :


¿Qué estúpida concepción privilegia una falsa construcción y condena a los escombros a una auténtica?
¿No podía preservarse el aljibe demolido como maravilloso testimonio de un patio con dos pozos?
Es la misma idea que gestó el absurdo cantero de pasto, en medio de la calle y al lado del cementerio jesuita con el objeto de:
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INVENTAR UNA HISTORIA CONSOLIDANDO LA MENTIRA.
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